16/11/2023
En los escasos cinco años transcurridos desde que el Pilar Social fuera aprobado en la Cumbre de Gotemburgo se han concatenado dos de las crisis mundiales más importantes de la historia reciente. Ello ha supuesto un verdadero test de estrés para la que ha constituido la iniciativa comunitaria más relevante de las últimas décadas dirigida a mejorar la integración económica y social.
En la primera edición del Foro Europeo de Empleo y Derechos Sociales, que tuvo lugar en noviembre de 2022, se hizo balance
de los progresos realizados en estos primeros años del Pilar Social, valorando positivamente que casi la totalidad de las iniciativas puestas en marcha por el Pilar Social (más de 130) hubieran sido aprobadas o presentadas por parte de la Comisión.
También fue considerada positiva la respuesta europea a la pandemia, sustentada en los principios del Pilar Social y que, junto con una política fiscal expansiva sin precedentes, lograron que el aumento del desempleo fuera menor y menos desigual entre los Estados miembros que en la crisis financiera. Y es que las medidas adoptadas, sustentadas por el programa Next Generation EU (como los regímenes temporales de apoyo al empleo o los estabilizadores automáticos como el SURE, ampliamente aplicados en los países del sur y este de la Unión Europea), amortiguaron el impacto de la pandemia y facilitaron la recuperación posterior.
No en vano, el mercado de trabajo europeo en 2022 no solo había logrado alcanzar los niveles prepandemia, sino que su situación era la más favorable de las últimas décadas. A pesar del poco tiempo transcurrido desde la crisis sanitaria, y del nuevo escenario de elevada inflación e incertidumbre ocasionada por la invasión de Ucrania, las tasas de desempleo se situaban ese año en sus niveles más bajos y las tasas de actividad en sus niveles más elevados.
Con todo, aunque el Pilar Social ha supuesto un cambio notable en las políticas europeas, y a pesar de haber mostrado su potencial para lograr frenar el impacto de la pandemia en los mercados de trabajo, sigue habiendo interrogantes sobre su capacidad y eficacia en el medio plazo para lograr sus objetivos para el año 2030, y no solo por las incertidumbres económicas existentes, sino por el papel del Pilar Social en la gobernanza económica de la Unión Europea.
El Pilar Social, pues, es un mecanismo que debe seguir evolucionando para su mejor adaptación a la intensidad y celeridad con la que se presentan los retos económicos y sociales recientes. El CES ha formulado una serie de propuestas al respecto en su reciente Informe 2/2023, La gobernanza de la Unión Europea. Presidencia española 2023.
16/11/2023
En los escasos cinco años transcurridos desde que el Pilar Social fuera aprobado en la Cumbre de Gotemburgo se han concatenado dos de las crisis mundiales más importantes de la historia reciente. Ello ha supuesto un verdadero test de estrés para la que ha constituido la iniciativa comunitaria más relevante de las últimas décadas dirigida a mejorar la integración económica y social.
En la primera edición del Foro Europeo de Empleo y Derechos Sociales, que tuvo lugar en noviembre de 2022, se hizo balance de los progresos realizados en estos primeros años del Pilar Social, valorando positivamente que casi la totalidad de las iniciativas puestas en marcha por el Pilar Social (más de 130) hubieran sido aprobadas o presentadas por parte de la Comisión.
También fue considerada positiva la respuesta europea a la pandemia, sustentada en los principios del Pilar Social y que, junto con una política fiscal expansiva sin precedentes, lograron que el aumento del desempleo fuera menor y menos desigual entre los Estados miembros que en la crisis financiera. Y es que las medidas adoptadas, sustentadas por el programa Next Generation EU (como los regímenes temporales de apoyo al empleo o los estabilizadores automáticos como el SURE, ampliamente aplicados en los países del sur y este de la Unión Europea), amortiguaron el impacto de la pandemia y facilitaron la recuperación posterior.
No en vano, el mercado de trabajo europeo en 2022 no solo había logrado alcanzar los niveles prepandemia, sino que su situación era la más favorable de las últimas décadas. A pesar del poco tiempo transcurrido desde la crisis sanitaria, y del nuevo escenario de elevada inflación e incertidumbre ocasionada por la invasión de Ucrania, las tasas de desempleo se situaban ese año en sus niveles más bajos y las tasas de actividad en sus niveles más elevados.
Con todo, aunque el Pilar Social ha supuesto un cambio notable en las políticas europeas, y a pesar de haber mostrado su potencial para lograr frenar el impacto de la pandemia en los mercados de trabajo, sigue habiendo interrogantes sobre su capacidad y eficacia en el medio plazo para lograr sus objetivos para el año 2030, y no solo por las incertidumbres económicas existentes, sino por el papel del Pilar Social en la gobernanza económica de la Unión Europea.
El Pilar Social, pues, es un mecanismo que debe seguir evolucionando para su mejor adaptación a la intensidad y celeridad con la que se presentan los retos económicos y sociales recientes. El CES ha formulado una serie de propuestas al respecto en su reciente Informe 2/2023, La gobernanza de la Unión Europea. Presidencia española 2023.